Hoy se cumplen 131 años del nacimiento de H. P. Lovecraft, uno de los pilares de la literatura de terror y el autor de obras tan emblemáticas como La llamada de Cthulhu o En las montañas de la locura. Como la mejor forma de rendir homenaje a los autores es leer su obra, hemos recopilado las cinco razones principales por las que todo amante de la literatura clásica debería leer a Lovecraft al menos una vez en su vida.
Fue uno de los primeros autores en tender puentes entre sus novelas y relatos hasta crear un universo literario propio
Cualquier lector asiduo de fantasía está familiarizado con worldbuildings complejos que acaban trascendiendo las páginas hasta crear todo un universo literario capaz de albergar varias novelas. Autores como Brandon Sanderson o José Antonio Cotrina suelen publicar novelas autoconclusivas que, sin embargo, están conectadas al resto de su obra por un complejísimo universo literario que hace las delicias de todos sus lectores.
Sin embargo, este no es un recurso reciente, y uno de los primeros en ponerlo en práctica fue, precisamente, H. P. Lovecraft. Además de rediseñar el concepto de género de terror que había en su época, Lovecraft creó un universo literario con tanto potencial (monstruos, dioses, ritos ocultos, etc.) que acabó siendo el denominador común de sus historias.
Toda la obra de Lovecraft, que incluye tanto novelas independientes como relatos cortos, es autoconclusiva y en ningún momento mantiene una continuidad argumental. Sin embargo, todas sus historias están conectadas a conciencia por todo un panteón de dioses espeluznantes. Esta mitología cósmica es el aspecto más destacable del worldbuilding creado por el autor: las leyes del universo se rigen por la religión, y la sociedad está al servicio de una serie de deidades que permanecen ocultas en la sombra, esperando su momento.
El canon literario lovecraftiano tenía tanto potencial que siguió expandiéndose incluso después de la muerte del autor. Un grupo de seguidores, conocidos comúnmente como el Círculo Lovecraft, siguió desarrollando historias dentro del universo ideado por el autor, con su mitología y sus criaturas. Algunos de los más importantes son August Derleth o Robert E. Howard.
Entre sus admiradores, hay autores de la talla de Stephen King, Neil Gaiman o Mariana Enríquez
La lista de autores contemporáneos que han tenido a Lovecraft como referente es inabarcable. Entre ellos, se incluyen muchos maestros del género, como Stephen King, Neil Gaiman o Mariana Enríquez.
Stephen King, por ejemplo, siempre ha admitido que su visión del terror se cimienta en la obra de Lovecraft. Sin la existencia de Cthulhu y de todos los monstruos creados por el autor estadounidense, seguramente jamás habríamos podido leer obras como It o Carrie. La argentina Mariana Enríquez, por su parte, ha dedicado artículos periodísticos a la figura de Lovecraft, y Neil Gaiman ha escrito hasta tres relatos cortos ambientados en el universo lovecraftiano.
En un contexto literario en el que el terror se limitaba a los vampiros y los hombres lobo, Lovecraft creó todo un panteón de criaturas terroríficas que supondría un antes y después en el género.
La originalidad del imaginario de Lovecraft rompió con las normas del juego de su época. Las novelas de terror de entonces se aferraban a la moda de incluir recursos sobrenaturales basados en ideas religiosas, pero Lovecraft no se dejó seducir por los vampiros, los fantasmas y los hombres lobo.
Mientras sus autores coetáneos reflexionaban sobre el terror fundado en aspectos de la moralidad tradicional, como el alma o la religión, Lovecraft se centró en algo mucho más complejo y espeluznante: los miedos interiores del ser humano.
Se trata del maestro del terror cósmico
La trascendencia de la obra de Lovecraft fue tan grande que se le considera el creador de un subgénero literario dentro del terror: el terror cósmico. Las historias de Lovecraft suelen relegar a sus protagonistas en un segundo plano y, de esta manera, el autor nos obliga a mirar más allá, a contemplar las inquietantes aberraciones que movilizan nuestro mundo sin que podamos hacer nada para remediarlo. El terror cósmico se basa en la idea de que no existe una presencia divina en el universo, y que las fuerzas que lo mueven funcionan de forma independiente a la humanidad. Así, llegamos a la conclusión de que los seres humanos somos totalmente insignificantes, y, de esta forma, desenterramos al monstruo más inquietante de toda la obra de Lovecraft: la trivialidad de la existencia del ser humano.
Se dice que un clásico lo es porque transmite una realidad atemporal, con la se pueden sentir identificados individuos de generaciones muy distintas. Por eso, la entrada de Lovecraft en el canon de la literatura clásica es indiscutible: el ser humano sigue ahora siendo tan insignificante como ya lo era a principios del S. XX.
Su influencia en la cultura popular
Los tentáculos de la literatura lovecraftiana rodean prácticamente todos los ámbitos de la cultura popular: su estilo ha influido en el cine (Alien, Prometheus), en la literatura (Philip K. Dick, Houellebecq) y hasta en la música (Metallica, Iron Maden).
Un mundo sin Lovecraft sería un mundo en el que la ciencia ficción seguiría fuera del canon literario clásico, un mundo en el que la literatura de terror seguiría encasillada en los castillos encantados. A pesar de que Lovecraft murió en 1973, su legado y su influencia siguen presentes hoy en la literatura, el cine, la música, la televisión, el mundo de los videojuegos y un inabarcable etcétera.
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