Karl Marx fue el pensador socialista más influyente de los últimos siglos. Durante su juventud, empezó a relacionarse con el periodismo radical, algo que cambiaría su vida para siempre. Su activismo político lo obligó a abandonar Alemania, y su exilió lo acabó llevando a ciudades como París, Bruselas y Londres. Fue en la capital francesa donde escribió los primeros ensayos que marcaron su adhesión al comunismo y donde conoció a Friedrich Engels, que se convertiría en su colaborador intelectual, político y periodístico más cercano. Engels, por su parte, nació en Narmen, provincia de Renania (hoy Alemania), de forma casi coetánea. Antes de coincidir con Marx, mostró un gran interés por los autores de pensamiento más revolucionario (algunos de ellos prohibidos) y empezó a escribir artículos periodísticos. Juntos fundaron en 1846 el Comité Comunista de Correspondencia, que un año después se fundiría con la cristiano-comunista Liga de los Justos para formar la Liga Comunista. Por encargo de esta, los dos trabajaron en la elaboración de un programa que exponía los retos a los que se enfrentaba el Viejo Continente y cuál era la solución que planteaba el comunismo. Este es el germen de la obra que hoy conocemos como Manifiesto del Partido Comunista.