Gustavo Adolfo Bécquer es, junto con Rosalía de Castro, el máximo exponente del Romanticismo literario español. Nació en Sevilla en 1836, en el seno de una familia de pintores y humanistas, y se quedó huérfano a los diez años. Después de terminar sus estudios, se trasladó a Madrid en 1854 con intención de dedicarse a la literatura.
Sus comienzos en la capital no fueron fáciles, y se vio obligado a trabajar como periodista y adaptador de obras teatrales extranjeras para mantenerse a flote. A los treinta y cuatro años, enfermó gravemente de tuberculosis: estuvo nueve meses en cama y nunca llegó a recuperarse completamente de la enfermedad. Durante su convalecencia, publicó su primera leyenda.
A partir de 1866, su situación mejoró: gracias a su nuevo trabajo como censor oficial de novelas, Bécquer pudo dejar el periodismo y sacar tiempo para centrarse en la escritura. Sin embargo, la suerte no duró demasiado, y el poeta perdió su trabajo a raíz de la revolución de 1868. Ese mismo año, se separó de su esposa. Poco tiempo después, decidió trasladarse a Toledo con su hermano Valeriano, con quien estrechó su vínculo, y allí finalizó el manuscrito de sus Rimas.