Elizabeth Cleghorn Stevenson nació en el seno de una familia unitaria de las afueras de Londres. A la muerte de su madre, cuando ella era aún un bebé, la enviaron a casa de su tía materna, en Knutsford, localidad que inmortalizaría en su exitosa novela Cranford. En 1832 se casó con el pastor unitario William Gaskell y se trasladó a Manchester, donde colaboraba con su marido en obras de beneficencia y como profesora de la escuela dominical. Tuvieron cuatro hijas y un hijo, que murió de escarlatina. Elizabeth, que ya había escrito varios relatos, se refugió en la escritura.
Manchester era por entonces una ciudad industrial, centro de cambios políticos y sociales, que Elizabeth usó como inspiración para sus obras. Mary Barton, su primera novela, publicada de manera anónima, llamó la atención de Charles Dickens, que popularizó las historias de Gaskell publicándolas en los periódicos que dirigía.
Pero su activismo social no se limitaba al papel. Elizabeth se implicó en obras de caridad y reivindicó el rol de la mujer en una sociedad cambiante sin dejar de ser la perfecta anfitriona victoriana. En su círculo de amistades se contaban intelectuales de la época como Florence Nightingale, John Ruskin y Charlotte Brontë, de quien escribió la biografía, considerada una de las más destacadas del siglo xix.
Gaskell falleció de manera repentina a los 55 años. Hoy en día es una de las novelistas victorianas más reconocidas, con obras como La casa del páramo, Los amores de Sylvia e Hijas y esposas.