Chéjov fue un cuentista y dramaturgo ruso, considerado el padre del relato corto moderno. Chéjov combinó la escritura con la medicina en cuanto acabó la carrera, ya que su padre había sufrido una bancarrota y se vio obligado a mantener a la familia.
Alcanzó el éxito con sus obras teatrales. sus títulos más celebrados son: Tío Vania, La gaviota o El jardín de los cerezos. Sin embargo, quienes lo han estudiado coinciden que es en el relato corto donde dio lo mejor de sí mismo, encontrando su propia manera de narrar y redefiniendo el género.
Su estilo es preciso, depurado de cualquier detalle superfluo y aparentemente sencillo. Sus tramas nunca son complicadas e incluso, en ocasiones, pueden parecer triviales, pero bajo la superficie, se puede intuir que la trama esconde un secreto, un drama, una motivación. Chéjov es un maestro absoluto en la creación de atmósferas, a veces salpicadas de un raro lirismo y perfila a sus personajes con apenas una pincelada o una frase. Murió de tuberculosis en la cumbre de su carrera literaria.